Artículo Original

Consumo de Marihuana en Adolescentes Puertorriqueños: Factores Protectores Frente a una Mayor Accesibilidad

Marijuana Use in Puerto Rican Adolescents: Protective Factors Facing Greater Accessibility

Luismiguel Rodríguez-Rios 1*, José J. Cabiya-Morales 2, Israel Sánchez-Cardona 3, & Andrés A. Cruz-Santos 4

1 Universidad Carlos Albizu, San Juan, Puerto Rico. https://orcid.org/0000-0001-7612-4745

2 Universidad Carlos Albizu, San Juan, Puerto Rico. jcabiya@albizu.edu

3 Universidad Carlos Albizu, San Juan, Puerto Rico. https://orcid.org/0000-0001-8925-5023

4 Universidad Carlos Albizu, San Juan, Puerto Rico. https://orcid.org/0000-0002-6071-8693

* Correspondencia: lrodriguez242@sunmail.albizu.edu

Recibido: 19 diciembre 2019 | Aceptado: 27 diciembre 2019 | Publicado: 3 enero 2020

Citar como:

Rodriguez-Rios, L., Cabiya-Morales, J. J., Sánchez-Cardona, I., & Cruz-Santos, A. A. (2020). Consumo de marihuana en adolescentes puertorriqueños: Factores protectores frente a una mayor accesibilidad. Revista Caribeña de Psicología, 4(1), 45-54.



Resumen

El objetivo de este estudio fue evaluar la prevalencia del consumo de marihuana y otras drogas en adolescentes puertorriqueños. Además, pretendía examinar factores asociados a la reducción del consumo de marihuana en dicha población. Se realizó un análisis secundario de datos con una muestra de 8,092 participantes que completaron la Consulta Juvenil IX. Los resultados muestran que el alcohol (44.5%) continúa siendo la droga de mayor consumo entre los adolescentes; no obstante, por primera vez, la marihuana ocupa el segundo lugar (12.1%) entre las drogas de mayor consumo. Por su parte, los resultados del análisis de regresión logística binaria sugieren que la vinculación familiar positiva, la actitud negativa hacia el consumo de marihuana y la percepción del riesgo son factores asociados a una disminución en la probabilidad de consumo de marihuana. No así, la ocupación de tiempo libre y el recibir apoyo terapéutico. Este estudio provee evidencia favorable sobre la disminución en la percepción de riesgo en adolescentes, y la posible normalización del consumo de la marihuana ante una mayor accesibilidad. Así mismo, provee oportunidades para el diseño de programas dirigidos a la prevención y reducción de daños en adolescentes en Puerto Rico.

Palabras claves: Adolescentes, Puerto Rico, Factores Protectores, Consumo de Marihuana



Abstract

The aim of this study was to assess the prevalence of marijuana and other drugs use in a sample of Puerto Rican adolescents. In addition, it aimed to examine the factors associated with the reduction of marijuana use in this population. We conducted secondary data analysis with a sample of 8,092 participants who completed Youth Consultation IX. The results show that alcohol (44.5%) continues to be the drug with the highest use among adolescents; However, for the first time, marijuana ranks second (12.1%) among the most commonly used drugs. On the other hand, the results of the binary logistic regression analysis suggest that positive family relationship, negative attitudes towards marijuana use and perception of risk are factors associated with a decrease in the probability of marijuana use. Not like that, the occupation of free time and receiving therapeutic support. This study provide favorable evidence on decrease in risk perception in adolescents, and the possible normalization of marijuana use due to greater accessibility. The results also, provides opportunities for the design of programs aimed to prevention and harm reduction in adolescents of Puerto Rico.

Keywords: Adolescents, Puerto Rico, Protective Factors, Marijuana Use



Introducción

En los últimos años, el interés por el desarrollo científico y consumo medicinal del cannabis, conocido en Puerto Rico y América Latina como marihuana, ha aumentado considerablemente debido a sus múltiples beneficios y utilidades (Franceschini-Carlo, 2019). Conforme a este interés, Puerto Rico se suma a países latinoamericanos como Uruguay, Argentina, Chile y Colombia y a más de 30 jurisdicciones en los Estados Unidos de Norte América, donde el consumo medicinal de la marihuana se ha legislado y ha probado ser una alternativa de tratamiento para personas con diversas condiciones médicas y síntomas clínicos (Blickman, 2014). No obstante, estudios de carácter epidemiológico sugieren que la percepción social sobre los riesgos nocivos del consumo de la marihuana ha disminuido en la última década, a consecuencia de los constantes debates en torno a sus beneficios medicinales y posible legalización (Miech et al., 2019). A tales efectos, el Instituto Nacional Sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés) ha reportado en sus informes un cambio en la actitud de diversos sectores de la sociedad, principalmente, en los adolescentes; quienes consideran con mayor frecuencia que la marihuana es una droga segura (NIDA, 2013).

Para el 2015, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos reportó que alrededor de 2.3 millones (9.4%) de adolescentes norteamericanos entre las edades de 12 a 17 años utilizaban alguna droga ilícita, siendo la marihuana la droga de mayor consumo (7.4%) (CBHSQ, 2014). En Puerto Rico, la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA) es la única agencia que ha adoptado un modelo preventivo holístico enfocado en factores de riesgos y protección como parte de su política pública para la prevención del consumo de drogas en adolescentes (Colón et al., 2012). Como resultado de este enfoque, desde 1990 se ha administrado la Consulta Juvenil, una encuesta a estudiantes de escuelas públicas y privadas en Puerto Rico, con la finalidad de recopilar datos sobre los patrones del consumo de drogas y las conductas de riesgo entre los adolescentes puertorriqueños en edad escolar. Para el 2012, la prevalencia del consumo de marihuana en adolescentes puertorriqueños en edad escolar ascendió a 12.4%; la más alta en las últimas tres décadas (Colón et al., 2012). En la actualidad, se estima que alrededor de 36,300 adolescentes puertorriqueños han fumado marihuana durante el último año en Puerto Rico; lo que justifica la necesidad de conceptualizar y desarrollar política pública eficiente dirigidas a la prevención, promoción de la salud y reducción de daño en nuestros jóvenes, en momentos en los que la marihuana se hace más accesible (Cabiya-Morales et al., 2018).

En este contexto, la adolescencia representa un período de vulnerabilidad donde se experimentan importantes cambios de tipo biológico, psicológico y sociocultural (Becoña y Cortes, 2011; Luengo-Aravena, 2015) que se intensifican debido a la necesidad de reafirmación, transgresión, conformidad intergrupal, el rechazo a la vida del adulto y la susceptibilidad frente a las presiones del entorno (Maturana, 2011). Conforme a esto, el consumo de drogas en la adolescencia va ligado a una serie de factores de riesgo y protección que podemos analizar en función a dominios como la familia, el contexto social y las características individuales del adolescente (Luzón y Domínguez, 2014). De acuerdo con esto, múltiples investigadores han incorporado factores como la personalidad, el ambiente educativo, la disponibilidad y accesibilidad de la sustancia, la integración en actividades y grupos saludables y las experiencias de vidas a sus estudios. Esto con el objetivo de explicar los procesos de interacción que promueven o condicionan la dependencia o el consumo de drogas en la adolescencia (Boconsumoño-Serrano et al., 2018; De la Villa Moral-Jiménez et al., 2011; Orte et al., 2017; Vasters & Pillon, 2011). En este escenario el modelo de Desarrollo Social (Hawkins, Catalano y Miller, 1992), principal modelo utilizado en el campo de la salud pública en Puerto Rico, ubica el foco de atención en el proceso de socialización del individuo. Hawkins y colaboradores (1992) exponen que la conducta prosocial o de riesgo del individuo (adolescente), es influenciada, principalmente, por cinco dominios: el individuo, los pares, la escuela, la familia y la comunidad. Estos dominios, interaccionan entre sí y su entorno creando vínculos con diversos factores protectores o predictivos que inciden en el desarrollo interpersonal del adolescentes y en conductas de riesgo como lo sería: el consumo desmedido de la marihuana (López-Larrosa & Rodríguez-Arias, 2012; Villarreal-González, 2009). Por tanto, factores como la impulsividad y la búsqueda de sensaciones en la adolescencia han mostrado promover un mayor consumo de drogas (e.g. alcohol y marihuana); con el objetivo de disminuir malestares o síntomas producto de procesos subyacentes en la adolescencia (del Carmen Pérez-Fuentes et al., 2015; Adams et al., 2003). No obstante, factores como el uso adecuado del tiempo libre, la vinculación familiar, la actitud hacia el consumo de marihuana, la percepción de riesgo, y el apoyo terapéutico, han mostrado ser factores potencialmente protectores que reducen probabilidad de consumo (Pons & Buelga, 2011). Tomando en consideración, que la probabilidad de consumir marihuana u otra droga ilícita en la adolescencia disminuye cuando se genera una fuerte vinculación entre entorno prosocial y factores protectores como los antes mencionado (Hawkins et al., 1992).

Propósito del Estudio

Tomando como punto de partida la revisión de literatura realizada, y a pesar del amplio número de investigaciones que destacan la adolescencia como un período de vulnerabilidad. En Puerto Rico, no se han realizado estudios con miras a examinar cómo el constante debate y la percepción entorno al uso medicinal de la marihuana, podrían estar asociadas a la frecuencia de consumo de la marihuana en adolescentes. Esto, en momentos en los que se estima que en Puerto Rico alrededor de 14,800 adolescentes han consumido marihuana en el último mes (Cabiya-Morales et al., 2018).

El presente estudio tiene como objetivo evaluar la prevalencia de consumo de marihuana y otras drogas en una muestra de adolescentes en Puerto Rico. Además, examinar factores asociados a la reducción de su consumo de marihuana en esta población. A tales efectos, los investigadores proponen como hipótesis que factores como la vinculación familiar positiva, la actitud negativa hacia el consumo de marihuana, la percepción del riesgo, la ocupación de tiempo libre y el recibir apoyo terapéutico, se relaciona significativamente (p<.05) con una reducción en la probabilidad de consumir marihuana.

MÉTODO

Diseño de Investigación

El presente estudio parte de un diseño predictivo transversal de medida única debido a que no se presenta manipulación de las variables (Ato, López y Benavente, 2013). Se realizó un análisis secundario de los datos obtenidos en la más reciente Consulta Juvenil IX, completada en el período 2015-2017. La Consulta Juvenil es un programa de encuestas escolares con frecuencia bianual financiado por ASSMCA de Puerto Rico; y consiste en un cuestionario, autoadministrado, conformado por preguntas diseñada siguiendo el modelo teórico e instrumentos diseñados por Hawkins, Catalano y colaboradores (Colón et al., 2012). Las preguntas elaboradas por Hawkins y Catalano habían sido traducidas y adaptadas a la población en adolescentes de Puerto Rico previo a la realización de Consulta Juvenil IX. No obstante, fueron nuevamente revisadas, manteniendo el enfoque longitudinal que ha permanecido inalterado a través de múltiples administraciones. Esto ha permitido el análisis de las tendencias a través del tiempo y promueve el análisis secundario de sus datos como método de investigación. Este estudio fue sometido y aprobado por la Junta de Revisión Institucional de la Universidad Carlos Albizu San Juan Puerto Rico el 30 de junio del 2018. Por su parte, la Consulta Juvenil IX, fue aprobada por la División de Investigaciones Pedagógicas del Departamento de Educación de Puerto Rico el 8 de octubre del 2015.

Participantes

La muestra del estudio consistió de 8,092 cuestionarios, correspondiente a estudiantes de séptimo a duodécimo que completaron la Consulta Juvenil IX, voluntariamente. Esto representó un 68% de la muestra de participantes que completaron la Consulta Juvenil IX. Cabe destacar que la Consulta Juvenil IX proporcionó datos demográficos de 11,946 estudiantes de 130 escuelas públicas y privadas en Puerto Rico (Cabiya-Morales et al., 2018). Para propósito de este estudio se excluyeron del análisis 2,711 cuestionarios administrados a estudiantes de cuarto a sexto grado. Asimismo, aquellos cuestionarios incompletos o completados por estudiantes cuyos padres no autorizaron su participación (Tabla 1).



Tabla 1

Frecuencias de las características socio-demográficas.


f

%

Género 

 

Masculino

3,709

45.8

Femenino 

4,383

54.2

Edad (años)


9 a 11

29

0.4

12 a 14

2,831

35.0

15 o más

5,171

63.9

Nivel Escolar

 

Intermedio

3,566

44.1

Superior

4,513

55.8


Personas con las que reside


 

Ambos padres

3,091

38.2

Madre

4,087

50.5

Padre

390

4.8

Otros

524

6.5


Cambio de residencia

 

Nunca

2,956

36.5

1 o más veces

5,036

62.2

Cambio de escuela

 

Nunca

2,838

35.1

1 o más veces

5,135

63.5

N = 8.092.

Instrumentos

Variables Sociodemográficas. Se utilizó el perfil de datos sociodemográficos incluido en la Consulta Juvenil IX con el fin de recopilar información sobre los participantes del estudio. Las preguntas utilizadas evaluaron información relacionada al género, edad, nivel académico, persona con quien reside el adolescente, entre otra información.

Consumo de drogas. Con el propósito de evaluar la prevalencia de consumo de marihuana y otras drogas se utilizaron preguntas incluidas en la Consulta Juvenil IX, dirigidas a examinar cuando fue la última vez que el adolescente consumió alguna droga. Para cada pregunta, los participantes debían responder a una escala de cinco alternativas de respuesta (en el último mes, en el último año, hace más de un año, nunca he usado y no sé lo que es). Para este estudio, la variable se dicotomizó: 1=consumidor (si respondió afirmativamente en el último mes, en el último año, hace más de un año) y 0= no consumidor (si respondió afirmativamente en nunca he usado o no sé lo que es).

Ocupación del tiempo libre. Para examinar la ocupación del tiempo libre, se indagó la membresía o participación de los adolescentes en algunas de las siguientes actividades: equipos deportivos, grupos recreativos, grupos religiosos, clases de artes o baile, clubes, empleo u otros grupos. Los encuestados debían responder a una escala de tres alternativas de respuesta (no participó, en la escuela, fuera de la escuela). Para este estudio, los datos se dicotomizaron, como: 1= sí participó (si la respuesta fue participó en alguna actividad dentro o fuera de la escuela) y 0 = no participación (si la respuesta fue no participó).

Vinculación familiar positiva. Con el fin de evaluar la Vinculación familiar positiva, se utilizó la escala de apego a los padres, incluida en la Consulta Juvenil IX, cuyo coeficiente Alfa de Cronbach es igual a 0.76. Para establecer la presencia de este factor, se debían obtener seis respuestas positivas (Sí) en la escala. Los datos se dicotomizaron, como: 1= vinculación familiar positiva (si se obtenían seis respuestas positivas); 0= vinculación familiar negativa (si se obtenían menos de seis respuestas positivas).

Actitud hacia el consumo de la marihuana. La Actitud hacia el consumo de la marihuana, se determinó a través de la pregunta: ¿Cuán malo es que alguien de tu edad use marihuana?; incluida en la Sección V: Opiniones de la Consulta Juvenil IX. Los datos se dicotomizaron como: 1= actitud negativa (si respondió muy malo o malo), y 0= actitud positiva (si la respuesta fue un poco malo o nada malo).

Percepción de riesgo. La Percepción de riesgo, se evaluó a través de la pregunta: ¿Cuánto daño o riesgo hay en fumar marihuana?; incluida en la Sección V: Opiniones de la Consulta Juvenil IX. Los encuestados debían responder a una escala de cuatro alternativas de respuesta (ningún daño, poco daño, mucho daño, y no sé). Los datos se dicotomizaron como: 1= percepción de riesgo (si respondió mucho daño); 0= no percepción de riesgo (si la respuesta fue ningún daño o poco daño).

Apoyo terapéutico. Finalmente, para evaluar el Apoyo terapéutico, se utilizó la pregunta: ¿Ha visitado algún consejero, trabajador social o psicólogo?; incluida en la Consulta Juvenil IX. Los datos se dicotomizaron como: 1= presencia de apoyo terapéutico (si respondió en afirmativo); 0= ausencia de servicio terapéutico (si la respuesta fue negativa).

Procedimientos Generales

Los datos secundarios utilizados para el presente estudio corresponden a la Consulta Juvenil IX (estudio original). Se procedió a adquirir la matriz de datos del estudio original, cuyos autores son: el Dr. José J. Cabiya Morales, el Dr. Rubén Vélez y el Sr. Pablo Rivera Miranda. Una vez obtenidos los datos, estos fueron exportados a una memoria externa con acceso controlado. Con el objetivo de garantizar las consideraciones éticas los datos fueron compartidos sin los nombres o alguna otra información con la que se pudieran identificar a los participantes. Posteriormente, el autor principal del presente estudio seleccionó una muestra compuesta por estudiantes de séptimo a duodécimo grado, que cumplieran con los siguientes criterios de inclusión: (1) participación voluntaria; (2) consentimiento autorizados por sus padres (3) haber completado el cuestionario en su totalidad. Una vez se obtuvo la versión final de la matriz de datos del presente estudio, se analizaron los mismos utilizando el sistema para análisis estadísticos Statistical Package for the Social Sciences (IBM Corporation, 2016).

Análisis de Datos

Una vez se obtuvo la versión final de la matriz de datos se realizó un análisis descriptivo de frecuencias para los datos obtenidos en la consulta Juvenil IX. Dicho análisis estadístico, permitió obtener el porciento de estudiantes de séptimo a duodécimo grado que reportaron haber usado marihuana en algún momento de su vida; y compararlo con la prevalencia reportada en el informe final de la Consulta Juvenil VIII, completada en el 2012 (Colón et al., 2012). Posteriormente, se realizó el mismo procedimiento para obtener el porcentaje de consumo para otras drogas (cocaína, crack, heroína, alcohol, inhalantes, entre otras). Con el propósito de analizar la razón de momios (Odd Ratio) del consumo de marihuana en función de los factores seleccionados, se realizó un análisis de regresión logística binaria. En este análisis, puntuaciones de Odd Ratio menores a uno, sugieren menos probabilidad de consumo de la marihuana en adolescentes puertorriqueños cuando está presente algunos de los factores, potencialmente, protectores incluidos en el modelo de regresión (Warner, 2013). Para evaluar el ajuste del modelo propuesto, se utilizó una prueba de significancia de chi-cuadrado y coeficiente de Nagelkerke. Todas las variables utilizadas en la regresión logística binaria fueron dicotómicas.

RESULTADOS

Inicialmente, examinamos las frecuencias de consumo de la marihuana y otras drogas en nuestra muestra. La droga de mayor consumo en adolescentes, puertorriqueños, fue el alcohol (44.5%). La segunda droga de mayor consumo en los adolescentes puertorriqueños fue la marihuana (12.1%) seguido por el tabaco (8.9 %) (Tabla 2).

Tabla 2

Porcentaje de consumo de drogas en algún momento de sus vidas, N=8,092

Drogas

Consulta VIII 2012

Consulta IX 2015-2017

 

%

f

%





Tabaco 

14.3

726

8.9 

Alcohol 

48.6 

3,607

44.5 

Marihuana 

12.4 

982

12.1 

Marihuana Sintética 

NA 

407

5.0 

Inhalantes 

6.1 

313

3.9 

Cocaína a

2.1 

94

1.2 

Crack 

1.8 

76

0.9 

Heroína 

1.7 

60

0.7 

Pastillas no recetadas 

6.1 

341

4.2 

Drogas de diseño b

3.2 

324

4.0 

a No incluye consumo de crack; b Incluye consumo de éxtasis, ketamina, LSD, GBH, rohypnol y metanfetaminas.



Los resultados obtenidos en análisis de regresión logística binaria y la razón de momios (OR) en presencia de los cinco factores protectores establecidos en nuestro modelo se observan en la tabla 3. Los resultados sugieren que la vinculación familiar positiva (OR = 0.625; p =.000; 95% IC [0.501- 0.781]), la actitud negativa hacia el consumo de la marihuana (OR = 0.117; p =.000; 95% IC [0.093 - 0.148]); y la percepción del riesgo (OR = 0.255; p =.000; 95% IC [0.197 - 0.330]) son factores que se relacionan significativamente con una disminución en la probabilidad de consumo de la marihuana en adolescentes puertorriqueños. No así, la ocupación de tiempo libre (OR = 1.147; p = 0.174; 95% IC [0.941-1.398]), y el recibir apoyo terapéutico (OR = 1.134; p = 0.326; 95% IC [0.883-1.456]), factores que no se ajustaron de manera significativa al modelo y representaron un aumento en la probabilidad de consumo.

Tabla 3

Asociación entre consumo de marihuana en adolescentes puertorriqueños y factores protectores

Modelo Completo

B

S.E.

Wald

df

Sig.

OR

95% IC

Ocupación del tiempo libre

.137

.101

1.848

1

.174

1.147

.941-1.398

Vinculación familiar positiva

-.469

.113

17.195

1

.000

.625

.501-.781

Actitud hacia la marihuana

-2.142

.119

322.164

1

.000

.117

.093-.148

Percepción de riesgo

-1.367

.132

107.320

1

.000

.255

.197-.330

Apoyo terapéutico

.125

.128

.963

1

.326

1.134

.883-1.456

Constante

-1.060

.092

132.566

1

.000

.346

-

Nota. X2(5) = 931.661, p <.001; Nagelkerke R2=.268; Hosmer y Lemeshow X2(6) = 7.361. p=.289. IC95%: Intervalo de Confianza de 95%; OR: Odds Ratio

DISCUSIÓN

El presente estudio, tuvo como objetivo evaluar de forma descriptiva la frecuencia de consumo de la marihuana y otras drogas en una muestra de adolescentes puertorriqueños. Además, la identificación de factores protectores, eficientes, que promuevan el desarrollo de proyectos orientados a la prevención, promoción de la salud y reducción de daño.

Los resultados del análisis de frecuencia realizado en este estudio, mostraron que la prevalencia del consumo de marihuana en adolescentes puertorriqueños en edad escolar ha presentado simetría en las últimas ediciones, representativas, de la Consulta Juvenil (Consulta Juvenil VIII y IX). Sin embargo, por primera vez desde que se comenzó a recopilar información relacionada a los patrones de consumo de drogas y factores de riesgo en adolescentes puertorriqueños, la prevalencia del consumo de marihuana sobrepasa el consumo de tabaco en adolescentes puertorriqueños. Este hallazgo guarda similitud con los datos obtenido del Youth Risk Behavior Surveillance-United States 2017, cuyo informe más reciente reportó que la marihuana ocupa, por primera vez, el segundo lugar entre las drogas de mayor consumo en adolescentes norteamericanos (Kann, McManus et al., 2018). Lo que sugiere una posible disminución en la percepción de riesgo en adolescentes, y la normalización del consumo de la marihuana en las Américas.

Esto resulta relevante al evidenciar que los adolescentes no evalúan el riesgo de sus prácticas tan solo por lo que piensan, sino, también por lo que perciben y experimentan en momentos en los que la regulación del consumo medicinal de la marihuana en Puerto Rico es una realidad y el tema de una posible legalización toma auge. Dicho planteamiento es apoyado por diversos autores (Mikulic et al., 2012; Slovic, 2010) quienes argumentan que la fase de consolidación de información experimentada en la adolescencia representa un período de vulnerabilidad donde el ejercicio de evaluar las consecuencias positivas y negativas asociadas al consumo de drogas de fácil acceso como la marihuana es sensibles a factores tales como: la aceptabilidad y percepción de beneficio. Por tanto, es evidente la necesidad de evaluar diversos factores protectores que puedan redundar en enfoque estratégico que permitan atender los efectos de una disminución en la percepción de riesgo hacia el consumo de marihuana en adolescentes tanto en Puerto Rico como en otras partes de las Américas.

En cuanto a la hipótesis propuesta, los resultados del modelo de regresión propuesto sostienen que la vinculación familiar positiva, la actitud negativa hacia el consumo de la marihuana, y la percepción del riesgo son factores protectores asociados significativamente a una disminución en la probabilidad de consumo de la marihuana en adolescentes puertorriqueños (Tabla 3). Dicho planteamiento, es consistente con el modelo de desarrollo social de Hawkins, Catalano y Miller, principal modelo de salud pública en Puerto Rico. No obstante, si bien el modelo de desarrollo propuesto por Hawkins y colaboradores expone que las acciones o conductas humanas son influenciadas de manera significativa por cinco dominios (e.g., el individuo, los pares, la escuela, la familia y la comunidad) (Hawkins et al., 1992); los resultados obtenidos en nuestro estudio sugieren que la probabilidad del consumo de la marihuana en adolescentes puertorriqueños disminuye con mayor frecuencia en presencia de factores protectores vinculados, particularmente, al individuo y su vínculo familiar.

Los factores protectores son aquellos que reducen, inhiben o atenúan la probabilidad de consumir algunas drogas (Laespada et al., 2004). En este sentido, una disminución en la probabilidad de consumo de la marihuana en adolescentes puertorriqueños está guiada por la relación o vínculo entre las características individuales de los adolescentes (e.g., creencias, valores, sentimientos y emociones); y el aprendizaje adquirido por medio de la interacción familiar, primer escenario de socialización. Es precisamente en este contexto, multifactorial, que se origina un proceso de reflexión interno o subjetivo que incide en la actitud de los adolescentes hacia el consumo de la marihuana y la percepción de riesgo. Esto es apoyado por diversos autores (García del Castillo, 2012; Hawkins et al., 1992; Laespada et al., 2004) para quienes la percepción de riesgo en los adolescentes se conceptualiza a partir de la información y experiencias que estos han acumulado en el trascurso de su vida. Por tanto, podemos argumentar que la probabilidad de consumir marihuana en adolescentes puertorriqueños no recae, únicamente, en el éxito o eficiencia de las campañas de miedo, criminalización o modelos prohibitivos (OEA, 2013), sino en la calidad de información que el adolescente adquiere en el trascurso de su vida. Esto como resultado de la consolidación de conocimiento, la identificación de necesidades individuales, las actitudes y vínculos familiares y los procesos de socialización; que les permiten desmentir o debatir las creencias o información provenientes de los medios socioculturales (Pons & Buelga, 2011). Finalmente, el modelo de regresión propuesto en este estudio produjo resultados no esperados. Los hallazgos sugieren que el apoyo terapéutico (OR = 1.134) y la ocupación del tiempo libre (OR = 1.147), variables incluidas como potenciales factores protectores, no se asocian significativamente con una disminución en el consumo de marihuana en adolescentes puertorriqueños.

Como ha sido expuesto, previamente, la adolescencia es el período por excelencia asociado al consumo de drogas. Cuando se evalúan los motivos, que inciden en un primer acercamiento al consumo de drogas en adolescentes, encontramos como principal propulsor la búsqueda de mejorar el estado de ánimo y las relaciones sociales (Motos-Sellés et al., 2016). En este sentido, el no contar con las habilidades y destrezas eficientes para enfrentar las presiones o amenazas típicas de la adolescencia; así como no conseguir lidiar con episodios de la ansiedad o depresión son factores que inciden en el consumo marihuana en adolescentes (Hernández-Serrano et al., 2016). Este último planteamiento es fundamental para poder entender los resultados no significativos del apoyo terapéutico como factor protector en nuestro estudio. Ciertamente, el contar con apoyo terapéutico para adquirir las habilidades y destrezas necesarias para afrontar los retos de la adolescencia, pudiese ser contemplado como un potencial factor protector. Sin embargo, los resultados obtenidos en el presente estudio sugieren, que la efectividad del apoyo terapéutico como factor protector no yace en el simple hecho de contar con el apoyo, sino en la conceptualización del apoyo terapéutico como la adquisición de destrezas de afrontamiento en función de la modalidad terapéutica, la adherencia al tratamiento, la alianza terapéutica, entre otros factores que pudiesen incidir en la eficiencia del apoyo terapéutico como factor protector. Aspectos esenciales que deben ser tomado en consideración en la creación de proyectos interdisciplinarios dirigidos a prevenir que nuestros adolescentes, contemplen el consumo de la marihuana u otras drogas como un mecanismo de afrontamiento saludable y más accesible. En este sentido, los hallazgos de este estudio hacen meritorio involucrar activamente a los adolescentes e incorporar sus creencias, valores, sentimientos y emociones en función de su bienestar y necesidades individuales. Así mismo, fortalecer los vínculos entre padres e hijos como eje principal de la estabilidad emocional de los adolescentes.

En cuanto a la ocupación del tiempo libre, una conducta socialmente adaptativa y vinculada a la protección, estudios realizados en la última década (Hernández-Serrano, et al., 2016; Navarro-Pérez & Pastor-Seller, 2018; Pons, & Buelga, 2011) sugieren que las relaciones prosociales o interpersonales como ente socializador han ido sustituyendo progresivamente a la familia. En este contexto el perfil interpersonal y social del adolescente se constituye a partir de sus experiencias cotidianas de diversión, comprensión del contexto, los códigos de conducta y otras dinámicas de socialización que repercuten en la configuración de su identidad (Navarro-Pérez et al., 2014). Por tanto, en un período donde divertirse, sentirse aceptado, ser parte de un grupo y enfrentar indicadores emocionales subyacentes es fundamental para el adolescente. La ocupación del tiempo libre en actividades recreativas o no recreativas, podría incrementar la oportunidad de consumir marihuana en función de la necesidad de conformidad intergrupal y la susceptibilidad frente a las presiones del entorno (Maturana, 2011). Esto abre las puertas a futuros proyectos que contemplen evaluar el impacto del tipo de actividad recreativa en el consumo de marihuana y otras drogas. Dado que, en este contexto actividades consideradas recreativas como: salir a la playa, jugar baloncesto en la cancha del barrio o frecuentar actividades sociales (fiestas, bailes, conciertos, etc.); pueden masificar el consumo de marihuana y otras drogas en adolescentes (Navarro-Pérez & Pastor-Seller, 2018).

Limitaciones y Recomendaciones Futuras

Los resultados obtenidos en el presente estudio deben ser interpretados teniendo en cuenta sus limitaciones para futuras investigaciones. La pérdida de datos sensitivos debido a respuestas incongruentes y la ausencia de información en algunos de los reactivos de la Consulta Juvenil IX son limitaciones inherentes al análisis de datos secundarios. El uso de una muestra no aleatoria representa otra limitación del estudio, por lo que el presente estudio no pretende generalizar. De igual manera, se debe tener presente que los instrumentos utilizados en este estudio se desprenden de la Consulta Juvenil IX, lo que conlleva una limitación debido a que no se tiene información externa sobre la veracidad de la información reportada. Para futuras investigaciones se recomienda el uso de instrumento con psicometría más robusta. Así mismo, se recomienda incluir en futuras investigaciones variables sociodemográficas como: la estructura familiar; debido a que existe literatura que sugiere una relación entre esta variable y el consumo de drogas en adolescentes. Finalmente, se recomienda recopilar, continuamente, nuevos datos con el objetivo de promover el desarrollo de diseños longitudinales para abordar la relación entre los factores evaluados y el consumo de la marihuana y otras drogas en adolescentes puertorriqueños producto de consultas venideras. A pesar de estas limitaciones y consideraciones, el presente estudio resalta la importancia de promover la obtención de estadísticas reciente sobre el patrón de consumo y factores de protección para atender la normalización del consumo de la marihuana en Puerto Rico y las Américas.

Conflictos de intereses: Los autores no poseen intereses financieros o de otro tipo que declarar con alguna entidad u organización.



Referencias

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